Retiro del 10%: vuelco de senadores oficialistas frena la reforma de la oposición

Un oscuro futuro tiene la reforma constitucional de la oposición que permite un segundo retiro de fondos de las AFP, porque la estrategia del Gobierno de ingresar un proyecto de ley con el mismo fin -adicionándole una serie de indicaciones que lo dejaron con un contenido similar a la iniciativa que venía aprobada desde la Cámara, salvo el pago de impuestos a la renta-, logró su principal objetivo: alinear a su sector.

Tanto es así que los senadores oficialistas que habían comprometido su voto para la moción anunciaron ayer su cambio de opinión.

Juan Castro Senador de Renovación Nacional. Iván Moreira Senador UDI. José Durana Senador UDI. David Sandoval Senador UDI.

Horas antes de que se iniciara la sesión para comenzar a votar la reforma opositora, uno a uno los senadores “díscolos” del oficialismo –David Sandoval, Iván Moreira y José Miguel Durana de la UDI y los RN Juan Castro y Manuel José Ossandón- fueron anunciando que se abstendrían y que aprobarán el proyecto del Gobierno.

Ante lo anterior, en la oposición comenzó a cundir la preocupación por el destino de su iniciativa.

De hecho, previo al inicio de la votación en Sala, la senadora Ximena Rincón (DC) hizo una dura advertencia a sus pares del oficialismo: “Aquí hay colegas que van a tener que dar explicaciones. No soy yo la que las va a tener que dar, porque voy a aprobar el proyecto”, señalaba. Y consciente del efecto que también provocó la presentación del requerimiento ante el Tribunal Constitucional, por parte del Gobierno, añadió que con ello se generó “una pugna artificial, porque el Gobierno, que dijo que es una mala idea (el retiro de fondos), termina enviado a discusión legislativa la misma iniciativa”.

Fue el senador Juan Castro (RN) quien recogió el guante, confirmando que “los cinco senadores díscolos nos vamos a abstener, porque esa reforma constitucional no tiene ninguna posibilidad de llegar a buen término”.

Y aunque negó que el Gobierno haya presionado a los senadores de su sector para cambiar el voto que habían comprometido, sí admitió que en ello influyó el que el Ejecutivo se hubiera allanado a aceptar las indicaciones que presentaron.

Las cartas están echadas

Tras una tensa primera parte de la sesión, en la que la presidenta del Senado, Adriana Muñoz (PPD) -quien en la mañana había anunciado que hoy pondría en tabla el proyecto del Gobierno-, amenazó con suspender la votación de la iniciativa sobre escaños de pueblos originarios para la Convención Constitucional –primero en la tabla- si el oficialismo seguía obstaculizando su avance para impedir que se votara la reforma de la oposición, comenzó el tan esperado debate.

A esa hora ya se sabía que el proyecto no se despacharía durante la jornada, ya que tenía dos horas para el debate, puesto que a las 20:00 se retomaba la votación de la Ley de Presupuestos, y se le otorgó cinco minutos a cada senador para intervenir.

En este ambiente, algunos senadores opositores criticaron que el proyecto del gobierno establezca el pago del impuesto a la renta por los retiros, y en un último esfuerzo por hacer reflexionar a sus pares oficialistas el vicepresidente del Senado, Rabindranath Quinteros (PS), manifestó que “confío en que este proyecto será aprobado por los senadores que han comprometido su voto y que la maniobra del Ejecutivo por bloquearlo será abortada aquí y en el Tribunal Constitucional”.

Aunque el senador Jaime Quintana (PPD) también aprobó la reforma, admitió tener “dudas” acerca de si este es el mejor momento para un segundo retiro y no hubiera sido mejor dejarlo como un último recurso para más adelante, en el contexto de un rebrote del coronavirus.

Además, lamentó “estar legislando con la pistola del TC en la cabeza y sé que a algunos colegas de la derecha eso les ha afectado”, advirtió.

Por lo mismo, mientras el debate en la Sala avanzaba lentamente, la mesa del Senado convocaba a una sesión especial para hoy entre las 10:00 y las 14:00 horas, con el fin de seguir votando la reforma opositora e iniciar el debate del proyecto del Gobierno. Al cierre de esta edición, todos coincidían en que la del retiro es una mala política pública, pero inevitable en medio de la pandemia.